"En algún lugar de la biblioteca hay una página que ha sido escrita para nosotros." (ALBERTO MANGUEL)

miércoles, 21 de enero de 2009

LA VOZ DE PALESTINA

El poeta Mahmud Darwish, fallecido el año pasado, está considerado como la voz y la conciencia del pueblo palestino. Nacido en 1941 en el pueblo de Al-Birwa, en la Galilea, su familia se vio obligada a abandonar su hogar y huir al Líbano cuando él tenía tan sólo siete años, tras el nacimiento del Estado de Israel en el territorio histórico palestino.
Publicó su primera obra, Hojas de Olivo, a los 22 años de edad. Desde entonces ha escrito más de una veintena de libros de poesía y cinco de prosa y sus textos han sido traducidos a más de 20 idiomas.
Tras regresar del Líbano con su familia, Darwish vivió en diversas localidades de los territorios palestinos, donde era detenido reiteradamente por las autoridades israelíes por sus escritos y su actividad política contra la ocupación. En 1970 se vio obligado a abandonar su tierra y exiliarse primero en Moscú y luego en El Cairo, Beirut y una sucesión de capitales árabes.
Darwish formó parte del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), cargo al que renunció en protesta por la firma de los acuerdos de Oslo, en 1993 entre palestinos e israelíes.
Fue el autor, en 1988, de la
Declaración de la Independencia Palestina, lo que le valió, junto con su obra en defensa de la libertad y de su tierra, el sobrenombre de "poeta de la resistencia", si bien también supo cantar a la vida y al amor. Recibió reconocimientos como la medalla del Caballero de las Artes y las Letras de Francia en 1997, el premio Lotus en 1969, el Lenin, en 1983, el premio de la fundación Lannan a la libertad cultural, en el 2001, y el Príncipe Claus de Holanda en el 2004.
Recomendamos la visita a la página web de este autor para escuchar uno de sus poemas con subtítulos en castellano.



MOSCAS VERDES

El espectáculo es eso. Espada y vena.
Un soñador incapaz de ver más allá del horizonte.
Hoy es mejor que mañana pero los muertos son los que
Se renovarán y nacerán cada día
Y cuando intenten dormir, los conducirá la matanza
De su letargo hacia un sueño sin sueños. No importa
El número. Nadie pide ayuda a nadie. Las voces buscan
Palabras en el desierto y responde el eco
Claro, herido: No hay nadie. Pero alguien dice:
“El asesino tiene derecho a defender la intuición
del muerto”. Los muertos exclaman:
“La víctima tiene derecho a defender su derecho
a gritar”. Se eleva la llamada a la oración
desde el tiempo de la oración a los
féretros uniformes: ataúdes levantados deprisa,
enterrados deprisa… no hay tiempo para
completar los ritos: otros muertos llegan
apresuradamente de otros ataques, solos
o en grupos… una familia no deja atrás
huérfanos ni hijos muertos. El cielo es gris
plomizo y el mar es azul grisáceo, pero
el color de la sangre lo ha eclipsado
de la cámara un enjambre de moscas verdes.


(Traducido del árabe por María Luisa Prieto)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Parece mentira que, a estas alturas de la Historia, el ser humano sea capaz de tanta irracionalidad, tanta indiferencia, tanta injusticia, tanta barbarie...