"En algún lugar de la biblioteca hay una página que ha sido escrita para nosotros." (ALBERTO MANGUEL)

jueves, 31 de marzo de 2011

TUPIDO BOSQUE DE HISTORIAS

PROCEDENCIA DE LA IMAGEN


Aunque parezca mentira, esta vez, la metáfora no es nuestra: la tomamos prestada de la crítica que Jordi Costa dedica a esta sorprendente (y larguísima) película
en el diario EL PAÍS. Los misterios de Lisboa, dirigida por el chileno Raúl Ruiz, es una adaptación al cine de la novela por entregas que el portugués Camilo Castelo Branco publicó en 1854. Un entramado de historias en el que se entrelazan aventuras, amores contrariados, pasiones violentas, traiciones, venganzas, identidades ocultas, secretos, revelaciones... Un folletín de los de antes filmado con una técnica vanguardista. Un culebrón romántico elevado a la categoría de arte. Un auténtico bosque de intrigas donde no falta el ingenio, el sentido del humor, la ironía sutil. Durante cuatro horas y media, el espectador recorre -de sorpresa en sorpresa- un accidentado itinerario a través de Portugal, Francia e Italia, mientras se cruza en el camino con una fascinante galería de personajes vinculados al destino final de Pedro da Silva (¿o era Joao?), un huérfano que vive interno en un colegio.
Lo sé, lo sé: no está hecha para todos los gustos, dura casi cinco horas y sólo se exhibe en versión original con subtítulos. Pero nadie que ame el cine debería perdérsela.




domingo, 27 de marzo de 2011

EN EL BOSQUE



"El bosque es para mí el mundo de la imaginación, de la fantasía, del ensueño, pero también de la propia literatura y, a fin de cuentas, de la palabra."

ANA MARÍA MATUTE

Son palabras de Ana María Matute, que el próximo día 23 de abril recogerá el Premio Cervantes. El bosque ha estado siempre muy presente en su literatura. Bosques acogedores, bosques misteriosos, bosques que atemorizan. La raíz de esta pasión, está, dice ella, en su infancia. "Los bosques son mi medio natural. Mi madre tenía una finca maravillosa en La Rioja. Yo me pasaba el día perdida en los bosques".

En su discurso de ingreso en la Real Academia, Matute definió su obra como "atravesar el espejo y entrar en un bosque". Os invitamos a leer este hermoso elogio de la lectura y del reino de la fantasía.


jueves, 24 de marzo de 2011

EL PRÍNCIPE DESTRONADO, de Miguel Delibes


Este libro cuenta cómo transcurre un día en la vida de Quico, después de nacer su hermana pequeña Cris. Se siente destronado, al igual que sus otros cuatro hermanos mayores y ya no es el rey de la casa ni el centro de atención. Además, al tener cuatro años, hace muchas trastadas que ponen de los nervios a su madre.
Las criadas no le soportan, pues es muy charlatán y pesado. Su padre pasa bastante tiempo fuera de casa porque es militar. Y el tiempo que está en casa está discutiendo con la madre. Quico quiere mucho a su tía Cuqui, es la que le presta más atención y le trae regalos.
Miembros de la familia:

-Mamá (ama de casa muy agobiada, a pesar de tener criadas)
-Papá (militar)

-Pablo (hermano mayor)
-Merche (la segunda hermana)
-Mario (el tercer hermano)
-Juan (el cuarto hermano)
-Quico (el protagonista y quinto hermano)

-Cris (la hermana pequeña)
-Tía Cuqui

Criadas:
-La Vito
-La Domi
-La Seve
Una de las travesuras que se le ocurrieron a Quico fue pintarle la cara a Cris con las pinturas de su madre, mientras la Domi se fue a hablar con la Vito, preocupada porque su marido se iba a la guerra. Su madre se enfadó muchísimo al verlo y les regañó a la Domi y a Quico. Otra de las trastadas que se le ocurrieron a Quico para llamar la atención de su madre, fue inventarse que se había tragado un clavo. Cuando se lo dijo a su madre, llamó al chofer para que les llevara al médico. En el médico, le hicieron una radiografía y no tenía ningún clavo. Cuando llegaron a casa, la madre le puso de cena espárragos para que cagara el clavo. A Quico los espárragos no le gustaban y se le hacían una bola. Llegó su tía y aprovechó para sacar el tubo de dentífrico vacío que le servía como pistola. Del bolsillo también sacó el clavo. Cuando su madre lo descubrió se puso contenta porque Quico no se había tragado el clavo.
La lectura de este libro ha sido muy amena. Las travesuras que se le pasan por la cabeza a Quico son muy graciosas, el pobre tiene que hacer lo que sea para llamar la atención, en su casa todos están demasiado ocupados, como para estar pendientes de un niño de cuatro años. Además en el libro se muestra a una familia de clase alta, que están todos ocupados y corren de allá para acá. En el libro parece que no sólo Quico se siente sólo, su madre no es demasiado feliz con el papel de ama de casa y madre de familia numerosa. Con este libro también me he reído bastante, es importante pasártelo bien cuando lees.


LUCÍA ORDÓÑEZ VINUESA, 1ºA

lunes, 21 de marzo de 2011

JESÚS URCELOY


Nuestros alumnos de 4º de la ESO han vivido hoy una experiencia extraordinaria: un encuentro literario con Jesús García Lorenzo (Jesús Urceloy) concebido más como un taller de poesía que como un recital al uso. Poeta, editor y profesor de escritura creativa, Jesús Urceloy nos ha obsequiado con tres inolvidables sesiones de poesía en las que ha recitado poemas (propios y ajenos) con su extraordinaria voz de bajo, nos ha descubierto autores nuevos, nos ha sorprendido con un enfoque diferente y (apoyándose en la técnica rodariana del "binomio fantástico") nos ha retado a convertirnos en creadores de poesía. La actividad se ha realizado en el marco de nuestro Plan de Fomento de la Lectura, con el patrocinio de la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas. La verdad es que hemos aprendido mucho y lo hemos pasado en grande. Ahora la pelota está en vuestro tejado, chicos: esperamos vuestras creaciones.
Si a alguno le ha sabido a poco, puede visitar su blog: URCELOCO.


UN ARMA CARGADA DE FUTURO

Así ha quedado hoy el pasillo de la biblioteca: repleto de poemas en homenaje a Gabriel Celaya en su centenario y a la poesía en su día. Alumnos y profesores hemos aportado textos (propios o ajenos) y entre todos hemos contribuido a montar la antología mural "LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO".



DIFERENTES E IGUALES



Hoy, que estamos todos tan ilusionados con la celebración del Día de la Poesía, no queremos olvidarnos de que esa conmemoración coincide con la del Día Mundial Contra el Racismo. Ya, ya sé lo que estáis pensando: que eso de los "días de..." es una soberana tontería, que todos los días de nuestra vida estamos en la obligación de ponernos del lado de lo que es justo o necesario o, simplemente, bello. Tenéis toda la razón. Pero esos días están ahí para recordárnoslo. Nuestra ciudad y nuestro instituto están llenos de españoles llegados de otros mundos: de Perú, de Ecuador, de Colombia, de Gambia, de Guinea, de Marruecos, de Polonia, de Ucrania, de Rumania, de... etcétera. Españoles de nuevo cuño que nos acompañan y nos enriquecen con sus aportaciones. Muchos de ellos (Ray, Othman, Ibi, Camila, Isabela, Yelitza, Ainhoa, Noelia, Gloria, Yulia, Aysha, Chaima, Yousra...) han colaborado -de una manera o de otra- con esta bitácora. Y aunque en BIBLORANCA estamos contra la discriminación racial los 365 días del año, queremos aprovechar esta fecha para darles las gracias y recordarles que jugamos todos en el mismo equipo.

Por cierto, mirad lo que he encontrado por ahí. ¿Reconocéis a alguien?


domingo, 20 de marzo de 2011

EXPOSICIÓN EN LA BIBLIOTECA

Desde el pasado viernes está expuesta en nuestra biblioteca una selección de las mejores antologías poéticas comentadas que -de la mano de su profesora, Beatriz Sierra- han realizado los alumnos de 4º B. A la vista del resultado de la actividad, no hemos podido resistir la tentación de enseñarlo a todo el mundo. Por eso hemos montado la exposición, que permanecerá abierta durante toda la semana próxima. Por eso y por mucho más: porque Gabriel Celaya cumple cien años, porque mañana llega la primavera, porque viene a visitarnos un poeta, porque celebramos el Día de la Poesía... ¿Qué mejor excusa? Como siempre, nos sobran los motivos.



viernes, 18 de marzo de 2011

GABRIEL CELAYA

Hoy hubiera cumplido cien años. Su verdadero nombre era Rafael Gabriel Juan Múgica Celaya Leceta. Así que utilizó toda esa retahíla de nombres y apellidos para firmar sus trabajos bajo diversos seudónimos: Rafael Múgica, Juan de Leceta o Gabriel Celaya. Este último nombre, que empezó a utilizar en 1946, se ve que es el que más le gustó.
Ingeniero industrial de formación, y por imposición familiar, pronto dedicó sus esfuerzos a la literatura. Conoció a los miembros de la generación del 27, estuvo en la Residencia de Estudiantes, impulsó colecciones poéticas, padeció exilio…
Desde el principio entendió la poesía como un arma para cambiar el mundo; no como un fin en sí misma sino como un instrumento de denuncia al servicio de las mayorías.
Es, seguramente, el máximo representante de la poesía comprometida de la postguerra española: lo que se conoce como poesía social. Siempre me ha resultado especialmente simpática su "Biografía":


BIOGRAFÍA

No cojas la cuchara con la mano izquierda.
No pongas los codos en la mesa.

Dobla bien la servilleta.

Eso, para empezar.

Extraiga la raíz cuadrada de tres mil trescientos trece.
¿Dónde está Tanganika? ¿Qué año nació Cervantes?
Le pondré un cero en conducta si habla con su compañero.
Eso, para seguir.


¿Le parece a usted correcto que un ingeniero haga versos?

La cultura es un adorno y el negocio es el negocio.
Si sigues con esa chica te cerraremos las puertas.

Eso, para vivir.


No seas tan loco. Sé educado. Sé correcto.
No bebas. No fumes. No tosas. No respires.

¡Ay, sí, no respirar! Dar el no a todos los nos.

Y descansar: morir.



Sin embargo, su poema más emblemático es, sin duda, "La poesía es un arma cargada de futuro":



jueves, 17 de marzo de 2011

PRÓXIMAMENTE...


El próximo lunes 21 los alumnos de 4º de la ESO están invitados a celebrar en nuestra biblioteca el Día Mundial de la Poesía, a dar la bienvenida a la primavera y a vivir una experiencia única, llena de lirismo pero también -y sobre todo- de sentido del humor. Ojalá descubramos alguna vocación oculta.

miércoles, 16 de marzo de 2011

ESE MÁGICO VICIO


Me dijo un día un niño de nueve años: "Me gusta
más leer que ver la TV. ¿Sabes por qué?" "¿Por qué?", le pregunté. "Porque la TV me obliga a ver las cosas como ella quiere y en los libros soy yo el que imagino las cosas que el libro me dice". Tenía razón el niño. Una imagen vale más que mil palabras. Es verdad. Pero no es menos cierto que un libro vale por millones de imágenes. Leer es alcanzar el máximo prodigio. Conseguir que a través del tiepo y del espacio podamos establecer un contacto profundo entre dos seres, el autor y el lector que nunca, o rara vez, van a coincidir en ese tiempo y en ese espacio. Esta comunicación milagrosa es la forma más sofisticada de relación interpersonal. Leer, descubrir los mensajes que un ser humano ha dejado escritos para que otros seres los reciban y los comprendan, es el más excitante de los retos intelectuales.
El libro sigue siendo el depositario de la aventura cultural del hombre. Por medio de ese breve objeto, asequible, autosuficiente, el hombre recibe de corazón a corazón, de cerebro a cerebro, la corrie
nte inagotable de un río que se alimenta en los variados manantiales de la literatura.
Un libro puede ser un objeto pleno de belleza exterior. Pero cualquier libro, hasta el más modesto, mantiene el arom
a inmarchitable del escritor que lo creó. Ser capaz de impregnarlo de vida es la grandeza del escritor. Ser capaz de descifrarlo es la grandeza del lector. La lectura es, entre todas las vías de perfeccionamiento cultural la más rica, la más compleja. Leer es, además, el más refinado de los placeres; el más oculto de los vicios mágicos.


jueves, 10 de marzo de 2011

LIBROS AL PESO




"...y su marido, después de cada ausencia traficando con animales en los pueblos vecinos, se acostumbró a traerle libros que en ocasiones compraba no por unidad sino por peso. Cinco kilos de libros. Diez kilos. Una vez llegó con veinte kilos. Y ella no dejó ni uno sin leer y de todos, sin excepción, extrajo alguna enseñanza."


(De 2666, de Roberto Bolaño)

martes, 8 de marzo de 2011

LA MUJER ÁRBOL

En el Día Internacional de la Mujer y en el Año Internacional de los Bosques queremos rendir homenaje a la bióloga y Premio Nobel de la Paz Wangari Maathai, conocida como "la mujer árbol".


En los últimos 30 años, Wangari Maathai ha contribuido a plantar más de 20 millones de árboles en Kenia y a generar ingresos para 50.000 mujeres pobres, pero también se ha enfrentado al poder y a la policía, y ha sido golpeada y detenida.

Así es como esta mujer de piel negra, negrísima, imposiblemente joven para sus 70 años, llama a las dificultades que ha ido encontrando en su recorrido; una trayectoria que la ha llevado a convertirse en la primera mujer africana –y la duodécima en el mundo– en obtener el Premio Nobel de la Paz.

“Todavía me estoy pellizcando tratando de convencerme de que es verdad y que soy yo”, dijo en su oportunidad sobre la concesión del premio.

A Maathai le dieron la noticia mientras estaba trabajando en Nyeri, su localidad natal, una ciudad situada a 150 kilómetros de Nairobi, en un enclave privilegiado: frente al monte Kenia, el segundo pico más alto de África, y junto a la sierra de Aberdares. Para celebrarlo plantó un árbol allí mismo.

“Las montañas han sido fuente de inspiración a lo largo de la historia. Para la gente que vive cerca del monte Kenia, ésa es su montaña, incluso creen que Dios vive allí. Cuando yo la contemplo siento como si me mirara y me dijera: me están violando”.

Recuerdos de su infancia

Maathai lleva consigo una imagen de su infancia: un riachuelo al que acudía a recoger agua y a observar las plantas y los huevos de rana que flotaban en la corriente. Años después se secó.

“Pero su recuerdo es muy preciado, me ha dado energía todo este tiempo, y cuando trabajo siempre tengo presente la visión de ese arroyo”. Sin embargo, en los años setenta, cuando estaba enseñando anatomía, “la última cosa que estaba en mi mente era el medio ambiente; tampoco me desperté un día y decidí hacerme activista, fue algo que surgió naturalmente”.

Digamos que... una cosa llevó a la otra. Eso explica que en la maleta vindicativa de Maathai se fueran incorporando la protección del medio ambiente, los derechos de las mujeres, la lucha contra la pobreza, la exigencia de democracia y la promoción de la paz, para, desde entonces, viajar inevitablemente juntas y revueltas.

Trayectoria

Maathai se licenció en biología en Estados Unidos y amplió sus estudios en Alemania. Especializada en biología animal, fue contratada como profesora por la Universidad de Nairobi, donde enseñaría durante 15 años.

Allí se convirtió en la primera mujer de África oriental en obtener un doctorado, en 1971, y en dirigir un departamento universitario, el de anatomía veterinaria.

Ya entonces comenzó a implicarse en batallas al margen de lo que era estrictamente su trabajo. Se unió a un grupo para combatir las interferencias políticas en la universidad y los ataques a la libertad de cátedra; ello le llevó a la Asociación de Mujeres Universitarias, para combatir la desigualdad y las diferencias de salario entre profesores y profesoras, y, representando a ésta, Wangari empezó su actividad en el Consejo Nacional de Mujeres, una organización que llegaría a presidir entre 1981 y 1987.

“Me abrió un campo completamente nuevo y me confrontó con los problemas de las mujeres rurales, ya que muchas asociaciones del consejo eran de zonas rurales”.

Con el movimiento feminista en plena ebullición, y preparando la ConferenciaInternacional de la Mujer de México (1975), Maathai pasó mucho tiempo discutiendo y escuchando las frustraciones de las mujeres.

“Hablaban de cosas que yo vi que estaban relacionadas: inseguridad alimentaria, malnutrición; falta de agua, de leña y de ingresos. Les dije: si no tenéis leña, plantad árboles.

‘Eso es el trabajo del guarda forestal’, afirmaban. Y yo repuse que el guarda debía plantar en los bosques y terrenos públicos, pero ellas podían hacerlo en sus parcelas”.

Creó el Movimiento Cinturón Verde (MCV) en 1977, como una plataforma para crear grupos de mujeres que formasen y gestionasen viveros de semillas y plantaran los árboles en sus pequeñas huertas, dibujando un cinturón alrededor de ellas.

Los árboles, que Wangari considera “símbolos de esperanza”, son así un medio para conseguir varios objetivos: leña, en un país pobre donde ésta es la principal fuente de energía para cocinar y calentarse; lluvia, atraída por los árboles, que riegue los campos; comida, nacida de los campos regados, que evite la malnutrición; agua para beber, provista por la lluvia.

De paso, luchas contra la erosión del suelo, sensibilizas a la población sobre la necesidad de cuidar el medio ambiente, proporcionas ingresos a las mujeres y les devuelves una imagen positiva de sí mismas y de sus capacidades. No está mal. Para un árbol.

Mis árboles están siendo cortados, mi nieve se derrite, mis ríos se vacían, no tengo nada que ofrecer; ¿no puedes hacer algo?”.

“No me veían como una amenaza. Yo sólo era una loca plantando árboles. A mediados de los 80 empezó a ser evidente que éramos un movimiento fuerte”.


FUENTE: LA PRENSA Hn

lunes, 7 de marzo de 2011

CHIRIGOTA LIBRESCA

Mira, chaval, esto no es obligatorio, no tienes porqué abrirlo. Pero tienes que saber que el que no ha cogido nunca un libro puede acabar como Belén Esteban. Tú verás... No lo digo yo, lo dicen RICAS Y MADURAS.


viernes, 4 de marzo de 2011

LAS FLORES DEL MAL



Aparecidas inicialmente en 1859, Las flores del mal (Les fleurs du mal) recogen la práctica totalidad de la poesía en verso que escribiera Charles Baudelaire (1821-1867), poeta que revolucionó las bases y los resultados de la poesía francesa moderna y —a su través— los de toda la poesía europea. Su amigo y maestro Théophile Gautier (romántico precursor del simbolismo) escribió un artículo sobre Las flores del mal —al poco de su aparición— donde hablaba de un fisson nouveau (un temblor nuevo) en la poesía francesa.
Era cierto. Esa primera edición tuvo problemas con la censura, que mandó retirar —por obscenos— algunos poemas, de contenido o alabanza lésbicos, que en las ediciones posteriores aparecerían bajo el rótulo de Pièces condamnées, o sea poemas condenados. En una primera intención, Baudelaire pensó titular su libro Las lesbianas. Partiendo de una cosmovisión romántica, en la que el artista es el desclasado por antonomasia de la sociedad burguesa (que predica el Bien, su Bien, como basamento del orden del mundo) Baudelaire, desalentado por esa sociedad filistea y obtusa, prefiere el camino del Mal, que no sería a la postre, sino una manera distinta del Bien.

Nace así el malditismo, la búsqueda de la autodestrucción, la inmolación sacral del artista como víctima. Su afición, queridamente amoral, al ajenjo, a la lujuria, a un desorden sensual en que terminará viendo, además, un modo de inspiración. A todo ese malditismo —tema de la nueva poesía— hay que añadir una escrupulosa y magnífica perfección formal, un ritmo que ensaya novedades y una manera de adjetivar, ruptural y rotunda, esteticista y simbolista, que potencia y embellece la novedad y el talento de ese nuevo temblor, que hace de Baudelaire, no solamente un poeta de primerísima fila, sino el padre directo o indirecto de toda la moderna poesía occidental. De él nacen Rimbaud y Verlaine, pero también Mallarmé, Apollinaire y hasta T. S. Eliot. Sin Baudelaire la poesía actual no sería la que conocemos.
Durante toda su vida Baudelaire siguió aumentando Les fleurs du mal cuya tercera y definitiva edición apareció en diciembre de 1868 —algo más de un año tras la muerte de su autor— con prefacio de Gautier, al que iba dedicada. Poemas como
Lesbos, Los gatos, La cabellera o Don Juan en los Infiernos —entre tantísimos— cantan la arrogancia dandi del maldito, su hipersensibilidad, su distiguido amor por lo raro, su espiritual sed de lujuria, su ansia de derrocar tabúes para llegar, al fin y casi imposiblemente —el buen burgués no perdona— a un mundo perfecto, sensual y lujoso, sin clero y sin policía.
El juego de las sinestesias, los perfumes que hablan y los colores que sienten forman parte del inmenso legado que se debe a este libro capital cuyo sagrado malditismo llenó la literatura de entresiglos, y es el mismo mal que respira en el título, a veces poco entendido, de Manuel Machado,
El mal poema. El mal sacro de los hijos y nietos de Baudelaire, a quien no puede desdeñar poeta ninguno. Hablamos de un genio.

LUIS ANTONIO DE VILLENA