El hombre, su mejor amigo, el amor y una fábrica de sueños. Michel Hazanavicius nos regala un viaje de ida y vuelta a los orígenes de ese invento maravilloso que es el cine para rendirle tributo y demostrarnos, de paso, que -aun en estos tiempos de ruido y de furia- se puede contar una historia desde el silencio, la sobriedad y la inocencia. Sobran las palabras porque -en este caso sí- una imagen vale más que mil.
2 comentarios:
Todavía no he podido verla; ¡de esta semana no pasa!
Un beso.
:)))))))))
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