"En algún lugar de la biblioteca hay una página que ha sido escrita para nosotros." (ALBERTO MANGUEL)

viernes, 8 de enero de 2010

EL POETA QUE QUERÍA SER POEMA

"... Quizá hubiera que decir algo más sobre eso, sobre el no escribir. Mucha gente me lo pregunta, yo me lo pregunto. Y preguntarme por qué no escribo inevitablemente desemboca en otra inquisición mucho más azorante: ¿por qué escribí? Al fin y al cabo, lo normal es leer. Mis respuestas favoritas son dos. Una, que mi poesía consistió -sin yo saberlo- en una tentativa de inventarme una identidad; inventada ya, y asumida, no me ocurre más aquello de apostarme entero en cada poema que me ponía a escribir, que era lo que me apasionaba. Otra, que todo fue una equivocación: yo creía que quería ser poeta, pero en el fondo quería ser poema. Y en parte, en mala parte, lo he conseguido; como cualquier poema medianamente bien hecho, ahora carezco de libertad interior, soy todo necesidad y sumisión interna a ese atormentado tirano, a ese Big Brother insomne, omnisciente y ubicuo _ Yo."
.

CRÉDITO DE LA IMAGEN

Se cumplen hoy veinte años del fallecimiento de Jaime Gil de Biedma, el más digno y genuino representante de la "poesía de la experiencia" y uno de los poetas más influyentes de su generación (la del 50). Oveja negra de la buena sociedad barcelonesa, alto ejecutivo, aspirante a diplomático, homosexual y poeta social, Jaime Gil de Biedma puso todo su empeño en ser poema; quizá se le fue un poco la mano.

Es difícil para mí escoger un poema que recuerde a Gil de Biedma en este día tan especial. Al final, me he decidido por el que una de mis alumnas de hace algunos años eligió como su favorito de una antología de lírica amorosa. Al preguntarle la razón, su respuesta fue clara y emocionante: "porque sentí que el poeta me estaba hablando a mí". Al poeta le hubiera encantado escuchar esas palabras.



PARÍS, POSTAL DEL CIELO


Ahora, voy a contaros
cómo también yo estuve en París, y fui dichoso.

Era en los buenos años de mi juventud,
los años de abundancia
del corazón, cuando dejar atrás padres y patria
es sentirse más libre para siempre, y fue
en verano, aquel verano
de la huelga y las primeras canciones de Brassens,
y de la hermosa historia
de casi amor.

Aún vive en mi memoria aquella noche,
recién llegado. Todavía contemplo,
bajo el Pont Saint Michel, de la mano, en silencio,
la gran luna de agosto suspensa entre las torres
de Notre Dame, y azul
de un imposible el río tantas veces soñado
-It's too romantic, como tú me dijiste
al retirar los labios.

¿En qué sitio perdido
de tu país, en qué rincón de Norteamérica
y en el cuarto de quién, a las horas más feas,
cuando sueñes morir no te importa en que brazos,
te llegará, lo mismo
que ahora a mí me llega, ese calor de gentes
la luz de aquel cielo rumoroso
tranquilo, sobre el Sena?

Como sueño vivido hace ya mucho tiempo,
como aquella canción
de entonces, así vuelve al corazón,
en un instante, en una intensidad, la historia
de nuestro amor,
confundiendo los días y sus noches,
los momentos felices,
los reproches

y aquel viaje -camino de la cama-
en un vagón del Metro Étoile-Nation.



JAIME GIL DE BIEDMA

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Jaime Gil de Biedma fue uno de los poetas con quienes descubrí la poesía. Creo que en su "Pandémica y Celeste" se encuentra el más hermoso y expresivo leismo de la lírica española : " Para saber de amor, para aprenderle, haber estado solo es necesario...".
Que descanse ( de una vez) en paz, no?