Talia llora en el parque porque ha
gritado a su madre que no la quiere y que es mejor que se vaya. Un anciano le
sugiere que vaya al almacén de las palabras terribles, donde quizá encuentre
una solución. Allí conoce a Pablo, un chico que se ha peleado con su mejor
amigo y también busca un remedio. Unos guías les irán enseñando que las
palabras pueden utilizarse como una flor o como un cuchillo. Mientras, la
familia de Talia
se entera de que ha sufrido un accidente en un tranvía y se encuentra en coma,
al igual que otro chico. Al final, Talia cree haber aprendido y
reflexionado lo suficiente como para volver con su familia. Pablo lo hará algo
después. Ahora es capaz de explicarle a su madre lo que sentía. Todos
intentan hablar de lo que les sucede y tratan de resolver sus problemas.
Este es el argumento de El almacén de las palabras terribles, de Elia Barceló, el libro que han estado leyendo y sobre el que han trabajado algunos de nuestros alumnos de 2º de ESO. Su trabajo ha consistido en elegir tres palabras o expresiones de las que se arrepienten y tres palabras o expresiones que se alegran de haber dicho en su vida. Luego han escrito un texto en el que explican las razones de esa elección.
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