Desde mi avión se divisaban las islas. Eran unos archipiélagos llenos de vegetación y de vida.
En mi imaginación veía a sus gentes, sus sueños, su alegría de vivir y yo iba a terminar con todo eso.
La radio sonó, todo listo. Escuché por mi auricular, diez minutos y todo se había acabado.
Maldita guerra, por qué estaba yo allí, el patriotismo, el deber, todo eso me resultaban palabras vacías.
El tiempo pasaba rápidamente, ya llegaba, entonces como siempre había hecho en estas situaciones, dejé la mente en blanco, escuché la radio, sobre el objetivo.
Apreté el botón y entonces sonreí, la maldad al fin me había atrapado.
En mi imaginación veía a sus gentes, sus sueños, su alegría de vivir y yo iba a terminar con todo eso.
La radio sonó, todo listo. Escuché por mi auricular, diez minutos y todo se había acabado.
Maldita guerra, por qué estaba yo allí, el patriotismo, el deber, todo eso me resultaban palabras vacías.
El tiempo pasaba rápidamente, ya llegaba, entonces como siempre había hecho en estas situaciones, dejé la mente en blanco, escuché la radio, sobre el objetivo.
Apreté el botón y entonces sonreí, la maldad al fin me había atrapado.
IRENE ALEGRE CARRIÓN, 1ºC
PRIMER PREMIO MICRORRELATO PRIMER CICLO ESO
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