Me dijo un día un niño de nueve años: "Me gusta más leer que ver la TV. ¿Sabes por qué?" "¿Por qué?", le pregunté. "Porque la TV me obliga a ver las cosas como ella quiere y en los libros soy yo el que imagino las cosas que el libro me dice". Tenía razón el niño. Una imagen vale más que mil palabras. Es verdad. Pero no es menos cierto que un libro vale por millones de imágenes. Leer es alcanzar el máximo prodigio. Conseguir que a través del tiepo y del espacio podamos establecer un contacto profundo entre dos seres, el autor y el lector que nunca, o rara vez, van a coincidir en ese tiempo y en ese espacio. Esta comunicación milagrosa es la forma más sofisticada de relación interpersonal. Leer, descubrir los mensajes que un ser humano ha dejado escritos para que otros seres los reciban y los comprendan, es el más excitante de los retos intelectuales.
El libro sigue siendo el depositario de la aventura cultural del hombre. Por medio de ese breve objeto, asequible, autosuficiente, el hombre recibe de corazón a corazón, de cerebro a cerebro, la corriente inagotable de un río que se alimenta en los variados manantiales de la literatura.
Un libro puede ser un objeto pleno de belleza exterior. Pero cualquier libro, hasta el más modesto, mantiene el aroma inmarchitable del escritor que lo creó. Ser capaz de impregnarlo de vida es la grandeza del escritor. Ser capaz de descifrarlo es la grandeza del lector. La lectura es, entre todas las vías de perfeccionamiento cultural la más rica, la más compleja. Leer es, además, el más refinado de los placeres; el más oculto de los vicios mágicos.
4 comentarios:
Qué mujer tan interesante. Descanse en paz.
La Generación de los 50 cada día está más mermada. Apenas si ya va quedando ninguno. Lástima. Han sido un grupo de narradores y de poetas irrepetibles.
Precioso el homenaje, Biblos. No podías habre elegido mejor y más oportuno texto.
Muchos besos.
Nos deja muchas cosas, afortunadamente. Un ejemplo de entusiasmo, inteligencia e ilusión, tan necesarios en estos tiempos que corren...
Preciosas palabras, Biblos. Una pequeña muestra de su personalidad y de su labor como escritora y educadora.
Saludos
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