El día 17 de febrero de 2010, tal y como tenía previsto el Departamento de Lengua de nuestro instituto, alumnos de 3º de la ESO (A, B y D), junto con dos profes de este nivel, se han aventurado hasta el norte de Madrid para ver la representación teatral de una de las obras cumbre de la Literatura Española, a saber: La Celestina.
Tras un viaje en autobús tranquilo y fluido, alumnado y profesores del IES de Loranca llegábamos puntuales al colegio de la capital donde, junto a otros centros de la Comunidad, tendríamos la ocasión de ver una obra literaria esencial ya estudiada en clase por nosotros y, como todos sabemos, harto difícil de representar por su peculiaridad. ¿Qué nos iba a ofrecer entonces la compañía profesional de teatro catalana El Repartidor en tan sólo una hora de escenificación? Muchos sentíamos esa curiosidad mientras aguardábamos expectantes bajo un sugestivo sol de invierno a las puertas del teatro del colegio Valdeluz.
Una vez dentro, y después de la breve presentación a cargo de la coordinadora del acto, los allí presentes pudimos descubrir que La tragicomedia de Calisto y Melibea es un libro que puede ser escenificado, muy vigente y perfectamente adaptable a nuestra época. Los cuatro actores de El Repartidor han apostado por una propuesta valiente pero certera, en la que se suprimen ciertos momentos y personajes a cambio de una muestra dinámica y concentrada, totalmente eficaz gracias a la Celestina-narradora, la significativa disposición de elementos y unos comediantes con una capacidad de mutación y diversidad de registros inusual en una misma actuación, algo que nos retrotrae a tiempos donde el teatro era todo un fenómeno social ejercido por hombres; hoy, afortunadamente en sentido inverso o, si se quiere, recíproco e igualitario.
La mezcla de rasgos clásicos y contemporáneos de esta adaptación, además de la subliminal puesta en escena que requiere la participación e imaginación del espectador, es sin duda uno de sus puntos fuertes y, quizá, el mayor atractivo para los chicos.
Así, al lado de papeles prototípicos como el de Calisto o Celestina, hemos comprobado novedades como las de un Sempronio entre rústico y macarra, un Pármeno casi rapero y una Elicia capaz de quejarse en flamenco ante el personaje hilarante de Centurio, todo ello, aunque parezca mentira, sin menoscabar la riqueza primigenia del drama.
Tampoco pierden interés los pasajes más graves o emotivos de la obra (invocación de Celestina, descubrimiento del amor por parte de Melibea, muerte de la alcahueta…), que la compañía resuelve aun más si cabe jugando con las luces, los movimientos o las alturas.
Y es que las subidas y bajadas de los personajes en el escenario, no sólo los colores simbólicos de sus supuestas casas (rojo la de Calisto, verde la de Melibea, gris en el caso de Celestina), son cruciales en esta versión contemporánea, dado que marcan las distintas clases sociales (Melibea y Calisto, nobles, suelen aparecer por encima del resto de personajes) o las disputas, avances y retrocesos dentro de cada clase social (Celestina es asesinada en lo alto por los cómplices con quienes no quiso compartir la cadena de oro, Calisto mira desde arriba a Melibea en su primer encuentro, es decir, otea a su presa, etc.) Pues, como aprendimos con la lectura en clase, La Celestina resulta, entre otras tantas cosas, un reflejo del periodo convulso en que fue escrita, de la vida como lucha.
De estas y otras cosas los actores de El Repartidor han tenido la amabilidad de hablar con los chavales en un coloquio abierto al término de la representación. Por nuestra parte, Sergio Campoy, alumno de 3ºD y del Taller de Teatro, desafiando las limitaciones del tiempo, ha planteado dos cuestiones simultáneas a la compañía acerca de la posible autocensura de la obra y la preparación de la misma. Cerrado el debate, hemos emprendido el camino de vuelta a Loranca orgullosos no sólo de la participación activa de Sergio y todos los demás, sino también del comportamiento inmejorable que han tenido nuestros alumnos en esta actividad extraescolar cultural y educativa, cívica y fraternal.
Gracias, chicos, por hacerlo realidad.
Tras un viaje en autobús tranquilo y fluido, alumnado y profesores del IES de Loranca llegábamos puntuales al colegio de la capital donde, junto a otros centros de la Comunidad, tendríamos la ocasión de ver una obra literaria esencial ya estudiada en clase por nosotros y, como todos sabemos, harto difícil de representar por su peculiaridad. ¿Qué nos iba a ofrecer entonces la compañía profesional de teatro catalana El Repartidor en tan sólo una hora de escenificación? Muchos sentíamos esa curiosidad mientras aguardábamos expectantes bajo un sugestivo sol de invierno a las puertas del teatro del colegio Valdeluz.
Una vez dentro, y después de la breve presentación a cargo de la coordinadora del acto, los allí presentes pudimos descubrir que La tragicomedia de Calisto y Melibea es un libro que puede ser escenificado, muy vigente y perfectamente adaptable a nuestra época. Los cuatro actores de El Repartidor han apostado por una propuesta valiente pero certera, en la que se suprimen ciertos momentos y personajes a cambio de una muestra dinámica y concentrada, totalmente eficaz gracias a la Celestina-narradora, la significativa disposición de elementos y unos comediantes con una capacidad de mutación y diversidad de registros inusual en una misma actuación, algo que nos retrotrae a tiempos donde el teatro era todo un fenómeno social ejercido por hombres; hoy, afortunadamente en sentido inverso o, si se quiere, recíproco e igualitario.
La mezcla de rasgos clásicos y contemporáneos de esta adaptación, además de la subliminal puesta en escena que requiere la participación e imaginación del espectador, es sin duda uno de sus puntos fuertes y, quizá, el mayor atractivo para los chicos.
Así, al lado de papeles prototípicos como el de Calisto o Celestina, hemos comprobado novedades como las de un Sempronio entre rústico y macarra, un Pármeno casi rapero y una Elicia capaz de quejarse en flamenco ante el personaje hilarante de Centurio, todo ello, aunque parezca mentira, sin menoscabar la riqueza primigenia del drama.
Tampoco pierden interés los pasajes más graves o emotivos de la obra (invocación de Celestina, descubrimiento del amor por parte de Melibea, muerte de la alcahueta…), que la compañía resuelve aun más si cabe jugando con las luces, los movimientos o las alturas.
Y es que las subidas y bajadas de los personajes en el escenario, no sólo los colores simbólicos de sus supuestas casas (rojo la de Calisto, verde la de Melibea, gris en el caso de Celestina), son cruciales en esta versión contemporánea, dado que marcan las distintas clases sociales (Melibea y Calisto, nobles, suelen aparecer por encima del resto de personajes) o las disputas, avances y retrocesos dentro de cada clase social (Celestina es asesinada en lo alto por los cómplices con quienes no quiso compartir la cadena de oro, Calisto mira desde arriba a Melibea en su primer encuentro, es decir, otea a su presa, etc.) Pues, como aprendimos con la lectura en clase, La Celestina resulta, entre otras tantas cosas, un reflejo del periodo convulso en que fue escrita, de la vida como lucha.
De estas y otras cosas los actores de El Repartidor han tenido la amabilidad de hablar con los chavales en un coloquio abierto al término de la representación. Por nuestra parte, Sergio Campoy, alumno de 3ºD y del Taller de Teatro, desafiando las limitaciones del tiempo, ha planteado dos cuestiones simultáneas a la compañía acerca de la posible autocensura de la obra y la preparación de la misma. Cerrado el debate, hemos emprendido el camino de vuelta a Loranca orgullosos no sólo de la participación activa de Sergio y todos los demás, sino también del comportamiento inmejorable que han tenido nuestros alumnos en esta actividad extraescolar cultural y educativa, cívica y fraternal.
Gracias, chicos, por hacerlo realidad.
JAVIER VERDIÓN
5 comentarios:
Gracias, Javier, por tu estupenda reseña y enhorabuena (a ti y a Marisol) por el éxito de la actividad. Saluditos.
Buena reseña, la citaré desde mi blog. Nosotros también fuimos a ver la representación (en Ourense) y nos gustó mucho. Quizá el único pero fue el significado global que la actriz quiso darle a la obra, diciendo algo así como que "hoy también hay personas que matan y mueren por amor", cosa de la que, obviamente, la obra no trata.
Gracias, Israel, por tu visita y por tu comentario. Es estupendo compartir experiencias e impresiones con gente que está tan lejos y tan cerca. Saludos al valle de Monterrei.
antes de nada pedir discupas por no haberme podido meter antes en el blog.
Y despues decir Q me parecio una gran obra con unos dificiles pero currados papeles...
piense que se lo an montado muy bien y que a merecido la pena ir a verlo.
me sorpredido mucho el poco tiempo en que me dijeon que habian preparado la obra, o al menos eso me parecio ami.
es una obra y un libro que aconsejo leer e ir a ver porque es muy didactica i entretenida.
¡un cordial saludo!
Gracias por tu visita y tu comentario, Sergio. Ya lo echábamos de menos. Saludos.
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