En el mundo que describe Ray Bradbury en su novela Fahrenheit 451 los libros están prohibidos. Sin embargo hay personas que se resisten y lo hacen aprendiéndose cada una de ellas un libro. "Somos miles las personas que llevamos un libro en nuestra cabeza, bibliotecas itinerantes (...) Al principio no se trató de un plan. Cada persona tenía un libro que deseaba recordar, y así lo hacía. Luego, fuimos entrando en contacto, viajando, estableciendo esta organización y forjando un verdadero plan (…) pero la ciudad nunca se ha preocupado lo bastante de nosotras como para organizar una persecución con el fin de encontrarnos. Unas pocas personas chifladas con palabras en la sesera no pueden afectarla y la ciudad lo sabe, y nosotras también. En tanto la mayoría de la población no ande por ahí recitando en voz alta sus libros, no hay peligro”.
Truffaut reconoció la importancia de las personas libro e hizo una película, pero el Proyecto Fahrenheit 451 (las personas libro) pretende superar la ficción narrativa o cinematográfica. Necesita de todas aquellas personas que quieran defender la lectura aprendiéndose un libro, aunque no sea un libro entero, aunque sólo sea un relato, o simplemente unos capítulos, unas pocas páginas, unos versos conmovedores...
¿Y tú? ¿Con qué libro (fragmento, poema, relato...) te identificas? ¿Qué persona-libro te gustaría ser?
7 comentarios:
Curiosa iniciativa.
Tendría que pensarlo. Lo que me pienso cada vez más es lo de hacer yo un blog, creo que crearé un enlace para remitirlo al tuyo, Biblos. Cómo mola.
Yo escogería un fragmento de "Don Quijote de La Mancha": ése el que el caballero se dedica a la penitencia en Sierra Morena. ¿Por qué? Porque desde la primera vez que lo leí, no he dejado de reirme a carcajadas con él...Y la risa es algo que nunca debería desaparecer.
Gracias, Carlota, por visitarnos. No sé a qué esperas para acompañarnos en esta aventura, francamente. Sería estupendo tenerte entre nuestros blogs amigos. Un beso.
Gracias, Trapisonda. La risa -mal que le pese al venerable Jorge- es uno de los motores de la civilización. Si hubiera que salvar un libro, sin duda ése que tú has elegido sería uno de los más ilustres candidatos. Un beso.
Difícil decisión... Si yo fuera un libro o tuviera que salvar un libro del olvido, seguramente pasaría horas, días, semanas, años..., sumida en un mar de dudas. Como no tengo tanto tiempo, optaré por "La Odisea", del padre Homero. ¿Que por qué? Pues por eso: porque Homero es el padre de la literatura y porque todos nosotros somos griegos. Aunque, bien mirado, mi memoria ya no es ni sombra de lo que era: tendré que conformarme con ser el poema "Ítaca", de Konstantin Kavafis, y seguir deseando a las generaciones venideras un hermoso viaje.
Yo escogería "Crimen y castigo" por varias razones: la primera porque creo que fue el primer clásico que leí, aparte los poemas de Garcilaso y Bécquer con los que me inicié en poesía. La segunda porque me lo recomendó mi hermano; la tercera porque lo compartí con mi abuelo leyéndolo en voz alta. Eso le hacía compañía; finalmente porque es una magnífica novela en la que no sobra nada.
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