«¡Oh qué maravilla! ¡Cuántas criaturas bellas hay aquí! ¡Cuán bella es la humanidad! ¡Oh mundo feliz, en el que vive gente así!»
Estas palabras de Miranda, la protagonista de La Tempestad, de William Shakespeare, parecen inspirar el título de la novela más famosa del escritor británico Aldous Huxley: Un mundo feliz. Publicada en 1932, esta novela visionaria anticipa una sociedad que utilizaría la genética y la clonación para el condicionamiento y el control de los individuos. El mundo aquí descrito parece una utopía irónica y ambigua: la humanidad es desenfadada, saludable y avanzada tecnológicamente. La guerra y la pobreza han sido erradicadas y todos son permanentemente felices. Sin embargo, la ironía es que todas estas cosas se han alcanzado tras eliminar muchas otras: la familia, la diversidad cultural, el arte, la ciencia, la literatura, la religión y la filosofía. Un mundo feliz describe también lo que sería una dictadura perfecta que tendría la apariencia de una democracia.
Durante los últimos días, nuestros alumnos de 3º de ESO han estado reflexionando y escribiendo acerca de lo que ellos consideran un mundo feliz, perfecto, utópico. A algunos les ha resultado dificilísimo imaginarlo. Doy fe.
Durante los últimos días, nuestros alumnos de 3º de ESO han estado reflexionando y escribiendo acerca de lo que ellos consideran un mundo feliz, perfecto, utópico. A algunos les ha resultado dificilísimo imaginarlo. Doy fe.
2 comentarios:
No me extraña: es que cada vez cuesta más trabajo imaginarlo...
Lo de la dictadura con apariencia de democracia no hay que imaginárselo, ya lo tenemos aquí. Con votar cada cuatro años nos creemos muy democráticos todos y a los hechos me remito.
En cuanto a lo de imaginarse el futuro, al paso que vamos, es mejor no pensar en nada y vivir el presente, porque si no estaríamos todo el día amargados.
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