LOS CHICOS SÍ LLORAN

Rafa Nadal se ha deshecho en lágrimas tras ganar su quinto torneo "Roland Garros" y recuperar el número uno en el escalafón del tenis mundial. Sin duda son lágrimas de emoción y satisfacción, porque lo mejor que ha hecho este chico durante el último año ha sido recuperarse a sí mismo, hacer oídos sordos a los agoreros que pronosticaban su prematuro fin por agotamiento y trabajar con tesón, esforzarse día a día por volver a estar a la altura de sus mejores sueños. Os lo dejo aquí porque siempre me ha parecido un ejemplo a seguir, porque mañana muchos os enfrentáis al primer día de la PAU y espero que lo hagáis como Rafa se enfrenta a sus partidos: con serenidad y ambición, con la cabeza fría y el corazón caliente, sin dar nunca nada por perdido y con la seguridad de que una derrota jamás es un fracaso si se sabe aprovechar la lección que nos enseña. Os dejo también una curiosa versión del poema "If...", de Rudyard Kipling, recitada al alimón por Nadal y su amigo y rival Roger Federer. Como está en inglés, quiero acabar la entrada con una traducción del texto al castellano y mis mejores deseos para esta intensa semana que vais a vivir.

¡VAMOS, CHICOS!

SI...

Si guardas en tu puesto la cabeza tranquila
cuando todo a tu lado es cabeza perdida;
si tienes en ti mismo una fe que te niegan
y no desprecias nunca las dudas que ellos tengan;
si esperas en tu puesto, sin fatiga en la espera;
si, engañado, no engañas;
si no buscas más odio que el odio que te tengan...
Si eres bueno y no finges ser mejor de lo que eres;
si al hablar no exageras lo que sabes y quieres;
si sueñas, y los sueños no te hacen su esclavo;
si piensas y rechazas lo que piensas en vano;
si puedes conocer el triunfo y la derrota
y a estos dos impostores los tratas de igual forma;
si logras que se sepa la verdad que has hablado,
a pesar del sofisma del orbe encanallado;
si vuelves al comienzo del trabajo perdido,
aunque esta obra sea la de toda tu vida;
si arriesgas al momento y lleno de alegría
tus ganancias de siempre a la suerte de un día,
y pierdes y te lanzas de nuevo a la pelea,
sin decir nada a nadie de lo que es y lo que era;
si logras que los nervios y el corazón te asistan,
aun después de su fuga de tu cuerpo en fatiga,
y resistan contigo cuando no quede nada,
porque tú lo deseas y lo quieres y mandas;
si hablas con el pueblo y guardas tu virtud;
si marchas junto a reyes a tu paso y tu luz;
si nadie que te hiera llega a hacerte una herida;
si todos te reclaman, y ninguno te precisa;
si llenas un minuto envidiable y certero
de sesenta segundos que te lleven al cielo...
toda esta tierra será dominio tuyo
y lo que es más,
serás hombre, hijo mío.

RUDYARD KIPLING