"En algún lugar de la biblioteca hay una página que ha sido escrita para nosotros." (ALBERTO MANGUEL)

jueves, 28 de enero de 2010

DOS POEMAS PARA RECLAMAR LA PAZ


TRISTES GUERRAS

Tristes guerras
si no es amor la empresa.
Tristes, tristes.

Tristes armas
si no son las palabras.
Tristes, tristes.

Tristes hombres
si no mueren de amores.
Tristes, tristes.
.

Miguel Hernández en el frente durante la Guerra Civil Española


GUERRA

Todas las madres del mundo
ocultan el vientre, tiemblan,
y quisieran retirarse
a virginidades ciegas,
el origen solitario
y el pasado sin herencia.
Pálida, sobrecogida
la fecundidad se queda.
El mar tiene sed y tiene
sed de ser agua la tierra.

Alarga la llama el odio
y el amor cierra las puertas.
Voces como lanzas vibran,
voces como bayonetas.
Bocas como puños vienen,
puños como cascos llegan.
Pechos como muros roncos,
piernas como patas recias.
El corazón se revuelve,
se atorbellina, revienta.
Arroja contra los ojos
súbitas espumas negras.

La sangre enarbola el cuerpo,
precipita la cabeza
y busca un hueco, una herida
por donde lanzarse afuera.

La sangre recorre el mundo
enjaulada, insatisfecha.
Las flores se desvanecen
devoradas por la hierba.
Ansias de matar invaden
el fondo de la azucena.
Acoplarse con metales
todos los cuerpos anhelan:
desposarse, poseerse
de una terrible manera.

Desaparecer: el ansia
general, creciente, reina.
Un fantasma de estandartes,
una bandera quimérica,
un mito de patrias: una
grave ficción de fronteras.

Músicas exasperadas,
duras como botas, huellan
la faz de las esperanzas
y de las entrañas tiernas.
Crepita el alma, la ira.
El llanto relampaguea.
¿Para qué quiero la luz
si tropiezo con tinieblas?

Pasiones como clarines,
coplas, trompas que aconsejan
devorarse ser a ser,
destruirse, piedra a piedra.
Relinchos. Retumbos. Truenos.
Salivazos. Besos. Ruedas.
Espuelas. Espadas locas
abren una herida inmensa.

Después, el silencio, mudo
de algodón, blanco de vendas,
cárdeno de cirugía,
mutilado de tristeza.
El silencio. Y el laurel
en un rincón de osamentas.
Y un tambor enamorado,
como un vientre tenso, suena
detrás del innumerable
muerto que jamás se aleja.

Cancionero y romancero de ausencias
Miguel Hernández


PARA CONMEMORAR EL DÍA DE LA PAZ (30 DE ENERO) OS OFRECEMOS DOS CONOCIDOS POEMAS DE MIGUEL HERNÁNDEZ, ASÍ COMO EL VÍDEO CLIP DE LA VERSIÓN MUSICAL REALIZADA POR EL CANTAUTOR PACO DAMAS. ESPERAMOS QUE OS GUSTEN Y QUE HAGÁIS TODO LO QUE ESTÉ EN VUESTRA MANO PARA QUE, DE UNA VEZ POR TODAS, EL MUNDO DEJE DE NECESITAR UN DÍA DE LA PAZ.



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MIGUEL HERNÁNDEZ

martes, 26 de enero de 2010

LA CELESTINA, de Fernando de Rojas

Crédito de la imagen


Durante la Primera Evaluación, los alumnos de 3º de ESO leyeron y comentaron en clase una de las obras clásicas más importantes de la literatura española: La Celestina, de Fernando de Rojas, en su versión adaptada. Con esta lectura iniciamos nuestra participación en el programa "¿Por qué leer a los clásicos?" de la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas (Ministerio de Cultura).

lunes, 25 de enero de 2010

LA DROGA DE LA OBEDIENCIA, de Pedro Bandeira



Recomendamos este libro de Pedro Bandeira, porque nos parece bastante interesante. La historia transcurre por diversos lugares de Sao Paulo. Esta historia te enseña cómo trabajar en equipo, también te enseña que, como se suele decir, “las apariencias engañan”, y que no debes fiarte de todo el mundo. En este relato se puede ver cómo es de vulnerable la juventud, en cuanto se les presiona un poco, los jóvenes acaban cediendo. En definitiva, si te gustan los relatos policíacos, este es el adecuado.


Luis y Sergio 4º DIV.

miércoles, 20 de enero de 2010

TODOS CON HAITÍ


El Instituto “Barrio de Loranca” va a convocar un

rastrillo solidario

para ayudar al pueblo haitiano.


¿Cómo lo haremos?

Todos podemos colaborar:

· Comprando (desde 0.50 €)
· Aportando al rastrillo cosas pequeñas (usadas pero en buen estado) que recogerán los delegados:

- Bisutería
- Juguetes
- Libros
- Adornos y complementos

Todas las cosas se recogerán en Conserjería o en el Departamento de Religión hasta el día 1 de febrero.

El mercado estará desde el día 25 de enero, durante el recreo, en la entrada del instituto.
.
Otras iniciativas:
  • Operación Kilo
  • Campeonato Deportivo solidario (1 €)
  • Concierto Musical por Haití (0,50 €)
  • Dulces Solidarios (Repostería en familia: tartas y pasteles caseros)
  • Sin "TACOS" por una buena causa (0,50 €)

El dinero recaudado será enviado a dos organizaciones no gubernamentales: Médicos sin fronteras y UNICEF.

Organiza: Alumnos de Religión de Bachillerato.



Agradecemos toda la ayuda por mínima que sea.

EL CAZADOR DEL DESIERTO, de Lorenzo Silva



El cazador del desierto es una novela de Lorenzo Silva que narra una historia de amor en la que se ven envueltos dos adolescentes (un chico y una chica) de la localidad de Getafe. La historia desde luego es muy bonita, ya que según lees te va pareciendo más interesante, esta historia podría pasar en algún lugar de aquí de Madrid y con cualquier chico o chica adolescente, con lo cual más de una persona se sentirá identificada con la novela.
La novela contiene un lenguaje muy sencillo, por lo cual no se tendrá problemas a la hora de la lectura.


Raymundo Hinostroza, 4º Div.

miércoles, 13 de enero de 2010

ASÍ SE FOMENTA LA LECTURA


Al parecer, esta insólita fotografía fue tomada en un puesto de lencería no fina del mercado de El Fontán, en Oviedo. Los libros en cuestión son (claro) de poesía: Elegía en Astaroth, de Ángel García López (Premio Nacional de Poesía allá por los años setenta) y Oratorio del Guadarrama / Miserere en la tumba de R.N., de José Luis Prado Nogueira. La instantánea (que circula por la red) nos llega a través de nuestro compañero Antonio Espigares, siempre atento a cualquier detalle que pueda contribuir al fomento de la cultura. En fin, amigos, esto es el no va más. Estudiaremos la idea por si pudiera servirnos de inspiración de cara a nuestro ya tradicional mercadillo del libro.

lunes, 11 de enero de 2010

EL CRUJIDO DE LA LUZ


PARAÍSO EN LA NIEVE


Cuando la nieve va a llegar, se oye
un silencio en los campos,
un silencio en los cielos.
Luego, van descendiendo densos copos,
los sientes en el rostro como un don
y te vas despertando a nueva vida.

Avanzas en lo blanco lentamente,
avanzas con el peso de lo negro
que siempre hubo en ti,
con lo que hiere y duele y nos enferma,
con todo el mal que en siglos hemos hecho,
con todo el mal que en siglos nos hicieron.
Mas, poco a poco, se aligera el cuerpo
y el alma, extraviada en lo blanco,
espacio es de sí misma.

¡Paraíso en la nieve!
Al fin, ya todo es blanco
en lo negro del hombre.
Hasta el aire tan frío que respiras
te parece de fuego.
Y allá donde se posan tus dos ojos
la luz es una zarza que llamea,
oímos el crujido de la luz.




(ANTONIO COLINAS, Los silencios de fuego)

viernes, 8 de enero de 2010

EL POETA QUE QUERÍA SER POEMA

"... Quizá hubiera que decir algo más sobre eso, sobre el no escribir. Mucha gente me lo pregunta, yo me lo pregunto. Y preguntarme por qué no escribo inevitablemente desemboca en otra inquisición mucho más azorante: ¿por qué escribí? Al fin y al cabo, lo normal es leer. Mis respuestas favoritas son dos. Una, que mi poesía consistió -sin yo saberlo- en una tentativa de inventarme una identidad; inventada ya, y asumida, no me ocurre más aquello de apostarme entero en cada poema que me ponía a escribir, que era lo que me apasionaba. Otra, que todo fue una equivocación: yo creía que quería ser poeta, pero en el fondo quería ser poema. Y en parte, en mala parte, lo he conseguido; como cualquier poema medianamente bien hecho, ahora carezco de libertad interior, soy todo necesidad y sumisión interna a ese atormentado tirano, a ese Big Brother insomne, omnisciente y ubicuo _ Yo."
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CRÉDITO DE LA IMAGEN

Se cumplen hoy veinte años del fallecimiento de Jaime Gil de Biedma, el más digno y genuino representante de la "poesía de la experiencia" y uno de los poetas más influyentes de su generación (la del 50). Oveja negra de la buena sociedad barcelonesa, alto ejecutivo, aspirante a diplomático, homosexual y poeta social, Jaime Gil de Biedma puso todo su empeño en ser poema; quizá se le fue un poco la mano.

Es difícil para mí escoger un poema que recuerde a Gil de Biedma en este día tan especial. Al final, me he decidido por el que una de mis alumnas de hace algunos años eligió como su favorito de una antología de lírica amorosa. Al preguntarle la razón, su respuesta fue clara y emocionante: "porque sentí que el poeta me estaba hablando a mí". Al poeta le hubiera encantado escuchar esas palabras.



PARÍS, POSTAL DEL CIELO


Ahora, voy a contaros
cómo también yo estuve en París, y fui dichoso.

Era en los buenos años de mi juventud,
los años de abundancia
del corazón, cuando dejar atrás padres y patria
es sentirse más libre para siempre, y fue
en verano, aquel verano
de la huelga y las primeras canciones de Brassens,
y de la hermosa historia
de casi amor.

Aún vive en mi memoria aquella noche,
recién llegado. Todavía contemplo,
bajo el Pont Saint Michel, de la mano, en silencio,
la gran luna de agosto suspensa entre las torres
de Notre Dame, y azul
de un imposible el río tantas veces soñado
-It's too romantic, como tú me dijiste
al retirar los labios.

¿En qué sitio perdido
de tu país, en qué rincón de Norteamérica
y en el cuarto de quién, a las horas más feas,
cuando sueñes morir no te importa en que brazos,
te llegará, lo mismo
que ahora a mí me llega, ese calor de gentes
la luz de aquel cielo rumoroso
tranquilo, sobre el Sena?

Como sueño vivido hace ya mucho tiempo,
como aquella canción
de entonces, así vuelve al corazón,
en un instante, en una intensidad, la historia
de nuestro amor,
confundiendo los días y sus noches,
los momentos felices,
los reproches

y aquel viaje -camino de la cama-
en un vagón del Metro Étoile-Nation.



JAIME GIL DE BIEDMA

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martes, 5 de enero de 2010

LAS DESIERTAS ABARCAS



Por el cinco de enero,
cada enero ponía
mi calzado cabrero
a la ventana fría.

Y encontraba los días
que derriban las puertas,
mis abarcas vacías,
mis abarcas desiertas.

Nunca tuve zapatos,
ni trajes, ni palabras:
siempre tuve regatos,
siempre penas y cabras.

Me vistió la pobreza,
me lamió el cuerpo el río
y del pie a la cabeza
pasto fui del rocío.

Por el cinco de enero,
para el seis, yo quería
que fuera el mundo entero
una juguetería.

Y al andar la alborada
removiendo las huertas,
mis abarcas sin nada,
mis abarcas desiertas.

Ningún rey coronado
tuvo pie, tuvo gana
para ver el calzado
de mi pobre ventana.

Toda gente de trono,
toda gente de botas
se rió con encono
de mis abarcas rotas.

Rabié de llanto, hasta
cubrir de sal mi piel,
por un mundo de pasta
y unos hombres de miel.

Por el cinco de enero
de la majada mía
mi calzado cabrero
a la escarcha salía.

Y hacia el seis, mis miradas
hallaban en sus puertas
mis abarcas heladas,
mis abarcas desiertas.



MIGUEL HERNÁNDEZ

Poemas sueltos IV. Poesías completas.
Madrid: Aguilar, 1979, pp. 517-518.